3 de febrero de 2008

GRAN HERMANO TAMBIÉN HACE DEPORTE


En plenas fiestas navideñas (y no era precisamente el día de los Inocentes), me desayunaba el pan con aceite de rigor con el siguiente titular periodístico del diario EL MUNDO: “¿Gran Hermano en el atletismo? Los campeones olímpicos Kluft y Holm proponen implantarse GPS en la piel para combatir el dopaje. Entienden que han fracasado los sistemas vigentes de localización de los atletas”.

-Así se sabría donde estamos para pasar un control sorpresa –dijo la plusmarquista europea de Heptatlón.



El mismo periódico buscaba pareceres al respecto procedentes de algún aborígen doméstico, así que recurrió a “la mejor atleta española de 2007”, Mayte Martínez para los amigos. La guapa vallisoletana aprovechó la ocasión para demostrar que a moderna y tecnológica no le gana nadie.



-Me pondría el GPS, los que estamos limpios no tenemos nada que ocultar.


Con lo bonito que es perderse por ahí, lejos de las miradas habitualmente cercanas e inquisidoras. Alejarse fuera del barrio y no saber por donde andas… Algunos vamos a tener que empezar a reclamar el derecho humano a no ser controlados, ni fiscalizados ni perseguidos ni localizados… gratuitamente. El Puñetas, bicho raro, casi nunca lleva móvil o lo lleva durmiendo y el GPS ni lo huele. (Una maldad, pero es que no puedo resistirla, leñe: algunos/as van a acabar por usar el GPS hasta para encontrar el WC de su casa. Te acostumbras a una maquinita que te dice siempre por donde tienes que ir para no perderte y acabas follando con ella al lado, por si las moscas. Vienen tiempos aún más estupidizantes y tontuelos que los que tenemos...).



-Bale lla, Puñetas. Déjate de grasietas y be ar grano purulento…



Pues sí, Ardilla. El asunto es que hay gente suspirando porque le aten una cadena al cuello o al pie. Unas veces por simple masoquismo (la naturaleza no es tan sabia como nos la pintan) y otras por pura conveniencia. Así que lo mismo que Rafa Nadal habla de “locura total” cuando critica la forma de controlar a los deportistas en su vida cotidiana para evitar el doping, hay otros que no sólo les parece bien que unos vampiros les controlen la yugular todos los días del año, estés donde éstes, con quien estés y a la hora que sea, si no que hasta piensan darles todas las facilidades del mundo.


A los deportistas encantados de ventilar su intimidad a todas horas a tipos extraños, así como de tirar por el retrete sus derechos más democráticos –por ejemplo, que los patronos te dejen en paz cuando no estás trabajando- les recomiendo que se implanten el GPS en el mismísimo cerebro, donde será más efectivo que en la piel. Si de lo que se trata es de ganar medallas limpiamente frente a la escoria que rivaliza contigo previa ingesta de tropecientas sustancias dopantes, a lo mejor hasta les asiste la razón y el interés crematístico-deportivo. Pero si antepones la corona de laurel y el éxito a tu dignidad como bichejo humano y como ciudadano, pues entonces… adelante con los faroles. Hay ocasiones en que ni alumbrándonos con una tonelada de kilowatios somos capaces de localizar la escoba perdida. Algunos, por no encontrar, se miran y remiran y no se encuentran.

3 comentarios:

la aguja 6/2/08, 1:11  

Intrigado por la edad de la Milá, motivado por tu admonición de mantenerse atento a la lectura, me he topado en la Wikipedia con que acaba de cumplir 58 castañas.

Se te agradece la recomendación, porque no hubiera averiguado la majadería que nos participas.

Hay que ser panoli para proponerse a sí mismo como cobaya humana.

Yo más bien creo que no es que tengan la conciencia limpia, sino que tienen afán de protagonismo. Estarán pensando en retirarse y para dedicarse a otra cosa se necesita al menos una carta de presentación, porque el heptalon no creo yo que sea muy popular por los lares europeos (seguro que más que en la megahiperfutbolística España, en cualquier rincón europeo se conoce esta especialidad del atletismo).

Siguiendo con mi presentimiento, digo que llamar la atención sobre uno mismo siempre es un reclamo que da buen resultado para vender imagen. No recuerdo dónde leí hace poco una frase que más o menos decía así: "es lícito hablar bien de uno mismo cuando nadie lo hace".

la aguja 6/2/08, 1:17  

(se me fue el dedo al intro).

Sólo quiero terminar diciendo que no creo que portar un GPS sea suficiente para averiguar quien se dopa y quien no.

Podría leerse en el GPS, por ejemplo, que estás en las cercanías del estadio, cuando en realidad estás dentro de una UVI móvil-topo en el aparcamiento del estadio. Un furgón para pincharse, hablando en plata.

Veremos en qué acaba semejante despropósito.

Si estuviera compitiendo otra vez diría: "pues yo tampoco me dopo, y me niego e implantarme cualquier cosa artificial en mi cuerpo, ¡ea!".

Juan Puñetas 6/2/08, 22:11  

La gracieta de las tetas de la Milá (aparte que tengo la impresión que la señora se ha retocado un poco el chasis, cosa que me parece estupenda) más que dirigida al lector va en realidad contra la doña, que seguro que si viera la viñeta se agarraría un gran mosqueo (me llamaría de machista para arriba).

Es un guiño inocentón (disfrazado de "regañina" al lector) porque la doña es un ejemplo ejemplificador de lo bajo que han caído algunos de los que se comían el mundo en sus años mozos. Entre la señora actual y la que yo veía con sumo agrado hace ya la tira de años en programas de debates y entrevistas va lo que hay entre la cochambre y la salubridad.

Lo de los deportistas chicos/as del GPS es digno de estudio psicológico (para empezar). Estoy convencido que serían unos estupendos concursantes de la Milá.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).