MUSLOS PELIGROSOS

Ha empezado a disputarse en Qatar el Master femenino de tenis. Ya saben, con esas chicas musculosas, guapetonas y de armas tomar cuando tienen la raqueta en la mano (y supongo que sin ella). Las chicas más eróticas del mundo del deporte –gracias, entre otras cosas, a la política comercial de la WTA- han llegado, grititos incluidos, al país árabe con más renta bruta del mundo mundial. Mientras a los emires y gente machorra e importante del país les sale el dinero y el petróleo hasta por las orejas, por la ciudad las mujeres caminan con sus amplias túnicas negras hasta los tobillos y cubriendo sus cabezas, como si fuesen pobretonas de solemnidad. Dicen que quieren occidentalizarse un poco y esperan que el torneo aporte a Qatar aire fresco. (Con el calor que hace por allí, no me extrañan estas intenciones). Eso dicen los muy ladinos, pero para empezar todos los carteles públicos del evento no han mostrado un solo muslamen de las chicas raqueteras, no fuera a ser que los machos qataríes –al verlos- se subieran por las paredes en plan brutote. Y como la WTA y las chicas lo que quieren es el dinero (aunque lleve consigo tragar un poco de polvo del Golfo) y a correr, pues han dicho que vale, que de acuerdo, que les tapen lo que les tengan que tapar. Menos mal que los partidos son en recinto cerrado y allí parece que las pasiones de los machos se atemperan, por lo que las chicas podrán lucir sus mejores galas. (Supongo que el Gran Hermano de las cámaras vigilará atentamente al público para luego, si se da el caso, rebajar sus calenturas tenísticas en las mazmorras correspondientes). Total, que las mejores tenistas de la galaxia podrán mostrar en tan atípico lugar cómo se mueve un esqueleto con garbo, morbo y armonía, dándole porrazos a una pelotita amarilla. Pobrecitas las mujeres de la casa, o del harén, cuando regresen los machos del país después de ver en el partido las fantásticas pantorrillas de nuestras queridas amigas. No quiero ni pensarlo…