Sevilla. Dicen que fueron unas sesenta mil personas. Una manifestación histórica. Con gentes de todos los pelajes sociales, desde el cantante de fama al obrerete anónimo. Todos juntos y unidos bajo un mismo lema y único clamor…
-“Que se acabe la crisis, ya…”.
-No.
-Entonces, “Contra el paro y por un empleo digno”.
-Pues tampoco. Es usted un antiguo…
-A ver, déjeme que piense un poquillo. Ah, sí: “No a la corrupción ni al mamoneo: caciques fuera”.
-Bueeeeno, ya se va acercando al objetivo de la clamorosa manifestación…
-Oiga, que 60.000 personas son muchas personas…, que debían de protestar por algo muy serio, muy importante y muy lesivo para toda la sociedad…
-Efectivamente, chaval. Calentito, calentito…
-Y si hay algo importantísimo en este país, sea en Sevilla o en Madrid, en Barcelona o en Vigo, eso es… ¡el fúrbo!
-¡Que se quema, hombre, que se quema…!
-Y estando en Sevilliya… o hablamos der Betis güeno o… ¡Claro, cómo no había caído antes! Toda esa inmensidad de almas protestaban como un solo hombre contra Loperilla, el presidente adorado y elevado
a los altares hace años pero que ahora no aguanta ni dios…
-¡Bingo, chaval!
Efectivamente. Una gran masa de aficionados béticos (y algunos sevillistas, para más cachondeo) protestando por la gestión del club, recientemente descendido a Segunda División.
“Por un Betis libre y con sentimientos”, “Lopera, vete ya”, “No nos hagas sufrir más”, “Resurgiremos de las cenizas”…
La manifestación fue un éxito. Sin incidentes. Una ciudadanía harta y cansada pidiendo un cambio de política deportiva, lo único importante por lo que hoy día una ciudad se echa a la calle: para festejar los éxitos de su equipo o para protestar por sus fracasos. Sólo faltaron los sindicatos para que la reivindicación fuese más reivindicativa. ¿Quién fue el panoli que dijo aquello de que “el furbo es sólo furbo”?
0 comentarios:
Publicar un comentario