13 de enero de 2010

DEPORTISTAS CON PRINCIPIOS



El colega y amigo de “El Espectador” publicaba hace unos días un artículo la mar de interesante catalogando como idea motriz del “bilardismo” (término referido a Bilardo, buen pájaro) el que “cualquier cosa es válida para obtener la victoria”. Una filosofía deportiva que “se sitúa más allá de la trampa y se aproxima a la agresión”. Aquí mismo hemos criticado furibundamente a esos presuntos “deportistas” que anteponen el ganar por encima de todos los valores. Si tienen que pasar por el cadáver del rival, pasan. Si tienen que poner en riesgo su propia vida, lo hacen. Si tienen que engañar a millones de personas que les ven en directo, engañan. Gente sin escrúpulos que ni siquiera tiene la gallardía de justificar después su pésima conducta, una vez recuperadas las pulsaciones normales tras la “batalla”. Por eso, el Puñetas siempre ha sido y es admirador de aquellos deportistas famosos que han demostrando a lo largo de su trayectoria que son buenas personas, fiables y educadas, respetuosas y sensatas, con valores y sentimiento. Algunos de ellos apenas traspasaron la gloria pero otros sí lo han conseguido, pese a lo cual consiguieron mantener su recio criterio del fair play y de la de-por-ti-vi-dad, como señalábamos hace ya tiempo (cuando teníamos menos canas pero igual de retorcidos los caninos).

Hoy traigo a colación un pequeño artículo de Vicente del Bosque, el actual seleccionador nacional de fútbol. Un hombre que en su ya larga trayectoria como entrenador (y antes como jugador) siempre ha demostrado que es un tipo honrado y de fiar. Un deportista con un par, que es como hay que llamar a los que juegan noblemente, sin dobleces y sin trampas. El articulillo lo publicó en el diario “La Razón” el 4 enero, lo recorté con cuidado y aquí lo pongo en un marco para ejemplo y espejo donde pueda mirarse esa enorme patulea de falsos deportistas que practican deporte igual que si jugasen a policías y ladrones: con las cartas marcadas. A muchos se les pilla en cualquier jugada o trampa (no suelen ser muy inteligentes), pero otros logran pasar el filtro del engaño y la mentira gracias a que la gran masa de los espectadores suele reírse de esa bobada llamada “deportividad”. Ellos son los primeros que prefieren los triunfos de sus equipos y deportistas afines aunque sean logrados con las armas torticeras de un gol metido con la mano, un record conseguido gracias a peligrosas dosis de “vitaminas” o a una aplicación de las normas de juego rozando el delito. Un abrazo, don Vicente…
SIN RESPETO NO HAY VALORES QUE VALGAN

“El deporte, educación integral, catalizador de conductas y actitudes, ha formado mi personalidad. Hasta los 16 años mis valores fueron los que me inculcó mi familia: integridad, rectitud, ética, obediencia, respeto; a partir de ahí, mi formación como persona y como deportista corrió a cargo del Real Madrid, donde aprendí a cultivar esos valores y otros que he tenido la suerte de transmitir a jóvenes que empezaban en el fútbol, también a profesionales. Destacaría la responsabilidad en el trabajo, la constancia, el afán de superación y el respeto a quien no piensa como tú. O el valor intrínseco de la competición, en la que tan difícil es saber ganar como saber perder. Por eso es importante respetar a los compañeros, a los rivales y al propio árbitro. He aprendido a ser flexible, a huir de los radicalismos, y algo fundamental en la vida, a escuchar. Y, además, a obedecer para saber mandar: si ignoras lo primero te estrellas en lo segundo Para ello hay que ser humilde. La humildad es un don, más en el mundo del fútbol, donde el éxito es pasajero. Digerir la victoria imprime carácter. En el deporte, cuando sabes ganar, te relacionas mejor y alcanzas el equilibrio. Entonces comprendes que las personas están por encima de las cosas. Así se forja la conducta personal, con esos detalles, sin olvidar jamás a la familia, el eje en torno al que gira la vida de cada uno. Y terminaría con un valor más: la generosidad en el esfuerzo, y pongo como ejemplo al centrocampista, que piensa sobre todo en los demás, no como el delantero centro, cuyo objetivo primordial es el gol, y así hay que entenderlo”.

Espero no equivocarme en mi papel de sabueso amateur, pero es posible que otro entrenador (también ex jugador) esté siguiendo los pasos de don Vicente: Josep Guardiola. En cuanto a deportistas en activo, temo quemarme si pongo la mano en el fuego por alguien, aunque acepto apuestas de gente mucho más experta y conocedora del deporte que el Puñetas puñetero.    

2 comentarios:

la aguja 15/1/10, 23:42  

Es doble mérito destacar en el deporte de elite practicando la nobleza en un mundo de tramposos y bilardismo militante.

Hemos llegado al punto en el que la gente casi se escandaliza cuando ve un gesto deportivo. ¿Tirar un penalti fuera como en los años veinte del siglo XX? ¡Coño!, si ahora se pegan un piscinazo y la gente aplaude por lo bien que lo hacen y engañan al árbitro. Y ya la remonda es si el piscinazo es en el descuento y sirve para ganar 1 a 0 y hayan jugado como el culo los dos equipos.

El mundo del deporte se ha vuelto majarón.

Sobre el artículo de don Vicente se me ocurre una pega. Es sólo que me gustaría saber cómo se hubiera expresado el anterior seleccionador, Luis Aragonés. Aquél que lindó en el racismo con la excusa de motivar a un profesional. Humm... ¡qué dos reversos de la misma moneda...!

Juan Puñetas 19/1/10, 0:05  

Entre Del Bosque y Aragonés hay una distancia sideral, aunque ambos sean unos excelentes técnicos.

El deporte se ha vuelto majarón. LLeva ya sus añitos pero cada vez va a más. Y para eso estamos aquí, para sacar a la TFT las majoronadas que vemos.

Se busca: atiende al nombre de deportividad. Se gratificará con unas simples gracias.

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¡Gracias por vuestra plantilla! (El Puñetas, agradecido).